ARTÍCULO INÉDITO SOBRE PORNO ALTERNATIVO

He aquí un pequeño artículo sobre la pornografía alternativa para el que hablé, entre otras personas con ERIKA LUST, productora ubicada en barcelona y a la que acaban de galardonar en los FEMINIST PORN AWARDS de Toronto (Canadá) por su última película, CABARET DESIRE. Finalmente los responsables de la publicación a la que iba destinado estimaron que no cumplía con sus criterios, por razones X, así que aquí lo tenéis, tal cual se concibió (bastante moderadito, en mi opinión).


¿ES POSIBLE UN PORNO ALTERNATIVO, FEMENINO Y POLÍTICO?

ERIKA LUST es una pionera en un negocio tan sumido en las sombras que pese a barajar cifras astronómicas todo el mundo, con honrosas excepciones, afirma no frecuentar. Ella hace “porno para mujeres”, un porno distinto, alternativo, feminista y “político”. “Trato de la única voz y la única mirada no sean la de Torbe, la de Nacho Vidal… Que la imagen que tenemos de sexo en la pantalla no sea la imagen de algo repetitivo, aburrido, lleno de clichés machistas, donde las mujeres siempre somos lolitas cachondas o enfermeras ninfómanas… Donde las mujeres seamos mujeres de verdad”. Noruega de nacimiento, radicada en Barcelona y madre, con su productora Lust Films factura un cine adulto que en países como Estados Unidos ya tiene hace tiempo su nicho de mercado. Tampoco faltan casos en Inglaterra, como el de Anna Span, exitosa directora de películas para adultos y feminista declarada, que ahora se dedica activamente a la política con su verdadero nombre, Anna Arrowsmith. En una entrevista, la inglesa, explicaba el cambio con sencillez: “Siempre hice algo político”. Y es que, además de sexo imaginativo, hay mucho de manifiesto en el intento de Erika. “Pienso” reflexiona Lust, “que con la escasa presencia de la mujer en el audiovisual en puestos de decisión (guion, dirección, producción), cualquier presencia femenina en cine y televisión, o en el adulto, es política. Hay mucho que reivindicar porque nuestra voz simplemente no se oye”. Uno de sus caballos de batalla es la lucha contra los estereotipos. “Se perpetúan”, dice, “porque el cine adulto esta hecho siempre por los mismos, y en su cabeza no hay lugar para la innovación. Un hombre hetero, blanco, de 50 años, soltero, putero, bebedor, fumador, con un deportivo y un reloj de oro en la muñeca hace y hará siempre el cine adulto que él le parece que debe hacer. Solo quiere ganar dinero”.

Lucía Martín, periodista autora del libro “El Negocio del Sexo”, discrepa, en parte, de visión de Lust. “Para empezar”, afirma, “es uno de las pocas industrias en la que la mujer cobra más que el hombre”. Ha conocido y entrevistado a numerosos productores y actores de porno (Max Cortés, Nacho Vidal) y afirma que “si hay algo que no son, es machistas”. Reconoce, sin embargo, que el mensaje que se envía viene, casi siempre, desde una postura exclusivamente masculina: “es verdad que es más habitual ver a una chica practicándole sexo oral a un chico que a una mujer sodomizando a un hombre…”. Ella ve el porno, en positivo, como “un juguete sexual más”, aunque no deja de preocuparse por una pregunta inevitable: ¿Influye el porno, masivamente consumido aunque no se reconozca, en la creación de la identidad sexual, especialmente en los más jóvenes? “Las estadísticas recientes”, reconoce, “dicen que un gran número de adolescentes piensan que la mujer está para satisfacer y el hombre para cuidar y proteger… y cosas como el sexo oral en una primera vez son vistas como normales… eso viene del porno”. Para ella, España no está madura para un debate abierto al respecto: “Este sigue siendo un país muy católico, que sigue considerando a los que hacen porno como unos degenerados. Luego puertas adentro ya es otra cosa. Queda mucho por caminar hasta que podamos tener debates serios no ya sobre el porno sino sobre la sexualidad”.

Para Enrique Gil Calvo, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, ese creciente recurso al porno –“y a la prostitución”, añade- por parte de los jóvenes, “se debe a su fácil acceso y sobre todo a la dificultad de emparejarse". "El celibato masculino ha crecido hasta cifras escandalosas", apunta. "Los chicos no pueden convivir en pareja por el bloqueo de los mercados de trabajo y vivienda. Pero también porque ya no encuentran chicas sumisas dispuestas a dejarse explotar (trabajo doméstico) y dominar por ellos. Así que se consuelan con el porno y la prostitución". Al parecer ahí, como indicaba Lust, esos estereotipos caducos siguen vigentes en todo su esplendor. Sin embargo, Gil Calvo no es condescendiente con el porno “alternativo”. "No creo que el porno posfeminista tenga ninguna influencia, de puro marginal y minoritario”, afirma. “En realidad, el porno no es más que un juguete masturbatorio: una viagra mediática o digital. Las feministas dicen que deforma la imaginación masculina, al domesticarla y adiestrarla como un perro de Pavlov que sólo salivase con las stripers depiladas. Pero es que, con porno y sin él, así se educa el "hábitus" sexual masculino desde la infancia y desde siempre: con pajas mentales apoyadas en imágenes visuales de inmediata excitación fálica o fetichista”.

Lo de “marginal y minoritario” parecen tenerlo asumido en Lust Films, pero lo llevan en cierto modo a gala. “Es un ámbito simbólico, muy pequeño”, dice Pablo, socio e erika en la productora, “es un cine adulto para un publico selecto y por lo tanto no masivo, pero sin embargo muy mediático y ruidoso”. Venden sus películas y sus libros en su tienda online y en 500 tiendas eróticas de todo el mundo y se consideran “una isla, pero una isla exclusiva y elegante, que todo el mundo quiere visitar. Hay unas 50 productoras en el mundo haciendo un cine adulto diferente, y de esas sólo cinco o seis destacan por hacer algo que no sea underground, entre las cuales nos incluimos”. No deja de ser un logro en una industria que no es ajena a los embates de las diversas crisis y que internet “ha reducido drásticamente”, como explica Pablo. “Como ejemplo, PRIVATE acaba de dejar de cotizar en NASDAQ con serios problemas económicos. El publico masculino acude a Internet para contenido gratis, y deja de comprar DVDs y descargas legales”.

Además, los problemas tampoco han escaseado dentro de gremio, el español donde, como explica Lust, “la mayoría me ha recibido a patadas, con insultos y faltandonos al respeto. Es como si pensaran que yo quiero borrarlos del mapa, cuando solo abogo por que al menos una parte de lo que se produce este hecho por nosotras pensando en clave femenina”. Su público, ahora, es “urbano, femenino y masculino, moderno, trendy, hipster, actual… y quiere ver un cine X con el que se sienten identificados y cómodos, “indie”, creativo, innovador….”. Para ella sí puede ser, incluso “una herramienta más de educación sexual para los mas jóvenes”, y pese a la marca de “femenino”, un instrumento útil para la fantasía de ambos sexos y “disfrutable por la pareja, porque no ofende ni excluye a los hombres”.

Quizá la aportación de un lector en uno de los foros del blog de Erika resume la posición de sus seguidores: “Soy hombre, soy hetero, me gustan tus peliculas y no soporto las de Max Cortés y Nacho Vidal (…). Creo que hay otro tipo de porno, más elaborado, con más cuidado estético, con más argumento y donde no se reproducen estereotipos machistas(…). Pero creo que además de mujeres hay también muchos hombres a los que que les gustaría ver algo así. No hay que ser mujer para que te de asco ver a Torbe tirándose a una scort en Praga o a Nacho escupiéndole en la cara a una chica mientras la asfixia”.